Vivimos la sociedad del conocimiento,
en el 2008 en el país se aprobó la Constitución vigente, misma que es
garantista y contempla algunos derechos para las y los ciudadanos, en el año
2011 se aprobó la Ley Orgánica de Educación Intercultural (LOEI), misma que
contempla algunas reformas importantes que marcan el derecho a la educación como el garante de la igualdad y la inclusión.
Las infancias y juventudes en Ecuador están a cargo de la familia y la
escuela. La educación ecuatoriana ha sufrido grandes transformaciones en el
área educativa, en sus inicios a través de la escuela lancasteriana,
seguidamente de la educación católica (memoristas, moral, disciplinaria); el
liberalismo puso su sello en la educación del país (obligatoria, gratuita y
laica); el capitalismo patriarcal y la
economía se convirtió en alienante y deshumanizadora con ciertos sectores
sociales, la educación privatizadora, la globalización está fuera de control de
los gobiernos; y más aún la revolución electrónica y las tecnologías de la información
y comunicación; por lo tanto las
dimensiones de la labor docente han
incidido en la subjetividad y afectividades del maestro; en el contexto
histórico – institucional en el que se desarrolla; y, en el proceso del trabajo docente.
Las
y los maestros nos producimos como docentes cada día, debido
al contacto y el contexto en el que trabaja; la relación de niños, niñas,
adolescentes, jóvenes y padres de familia de diferente origen social,
nacionalidad, etnia, edad, género, posición política, adscripción religiosa;
etc.; a esto se suman también la aplicación de los modelos educativos
como: educación inclusiva, educación intercultural, unidades educativas, unidades del milenio,
bachillerato internacional, entre otros; y finalmente la vida propia del
maestro.
“La
formación docente, entonces, se va produciendo mediante sucesivas
construcciones que combinan elementos aportados por diferentes campos de experiencia particular e
histórica”. (Morgade, 2010:20)
Mejorar la calidad de la educación es un imperativo no solo de las y los
docentes sino de todas las y los ciudadanos que vivimos en este hermoso
país; ser partícipes activos en los
proceso de cambio y transformación, vuestro ejemplo es lo que necesitan nuestros infantes y juventudes.
Las Unidades Educativa de la Amazonia;
en referencia, más del 60% del estudiantado pertenecen a la cultura
Kichwa; sus padres en su mayoría se encuentran en la selva o campo; los estudiantes,
sus hijos o representados, viven solo en los sectores rurales y muchos de ellos
no cuentan con los útiles escolares necesarios; las condiciones de
nutrición inciden negativamente en el
proceso de enseñanza – aprendizaje. Los roles asignado al hombre y la mujer; son tan
evidentes; el varón es quien asume las tareas de jefe de hogar y actividades de
fuerza; y, la dama es la encargada de
cuidar a los hijos, la casa y la tierra (chacra).
Cierto es que se ha
eliminado el sesgo sexista en el Ecuador; muchas leyes han favorecido la
incorporación de la mujer al trabajo, a la educación, aumentó la participación
en la política; existen leyes de protección contra el abuso y violencia
intrafamiliar; pero continua la mujer en casa y desarrollando actividades
“suaves y delicadas” que les brinden tiempo para cuidar a sus hijas e hijos.
Las profesiones preferidas que eligen nuestras chicas son: enfermería, trabajo
social, especialidades técnica y la docencia como indica el
empadronamiento del Censo Magisterial Fiscal y de los Servicios Públicos del
Ministerio de Educación y Cultura en el año 2010; en un 65% es la
participación de las docentes en este campo.
Lo que sigue manteniéndose hoy en día es la presunción de que las
capacidades de las mujeres para desempeñar actividades relacionadas con el
cuidado a los otros son innatas, ofreciendo la idea de que es mucho mayor del
que sienten los padres por sus descendientes, todo ello avalado por los
estereotipos femeninos de una mayor paciencia, comprensión, dulzura y amor al
prójimo que los varones. (Sanchez Bello, 2012:90)
Las aulas están
llenas de infantes y jóvenes de varios sectores populares, sociales, religiosos
y culturales; el aumento de las falsas identidades desterritorializadas y
desarraigadas que produce la globalización están dañando el autoestima y
fomentando la aculturación; la robotización y la informatización incide en
el actuar y pensar de los chicos y
chicas no solo amazónicas sino del mundo.
El Internet, las
herramientas web 2.0, programas, aplicaciones y otros servicios que ofrece la
red de manera gratuita y fácil de acceder; que bien usada ayudaría al hombres y
mujeres a resolver problemas; pero están siendo mal usada; éstas desplaza las fronteras entre lo real y la
ficción; entre la verdad y la mentira,
entre el saber y el aprender; Barbero lo llama “ecosistema comunicativo”; estos medios ofrecen información que para los
adultos debía permanecer ocultos; desordenan los lineamientos de los padres de
familia, la fe y la cultura; desordenan las
secuencias y jerarquías del aprendizaje sin observar la edad, el nivel, etc.;
el mundo y los niños - el mundo y
jóvenes – el mundo de los chicos y adultos, está hoy atravesado por el
estallido de las fronteras entre lo local y lo global. Este estallido
desfocaliza los saberes, modifica el estatuto institucional de los lugares de
saber y de las figuras de razón; por eso es tan importante que los adultos
aprendan usar correctamente para que guíen a los pequeños y adolescentes en
desarrollar el conocimiento y el crecimiento personal,
El conocimiento es clave en el mundo contemporáneo y la tragedia que
puede ocurrir, tanto a escala individual como social, es que el saber se
concentre en unos pocos y dé lugar a un escenario de despotismo ilustrado,
donde los que tomen decisiones sean solo los que saben. Juan
CarlosTedesco (2007:23)
Al
concluir mi intervención, recalco la importancia de las niñas, niños y jóvenes
de mi país; es necesario que la
participación de mujeres se incremente y que los chicos colaboren para que se
fortalezca la voz y fuerza de las muchachas en la lucha de los nuevos retos y
desafíos que enfrenta cada país de América Latina; sin olvidar nuestros
orígenes, el cuidado del medio ambiente y la cultura. Cada vez es necesaria la intervención
del Ministerio de Educación, la familia; los docentes y de todos los demás
adultos para guiar, confiar, afirmar y mejorar las prácticas educativas y
socioculturales en beneficio de nuestros infantes y jóvenes en el buen vivir
que tanto anhelamos.