lunes, 28 de marzo de 2016

INFANCIAS Y JUVENTUDES DEL ECUADOR

Vivimos la sociedad del conocimiento, en el 2008 en el país se aprobó la Constitución vigente, misma que es garantista y contempla algunos derechos para las y los ciudadanos, en el año 2011 se aprobó la Ley Orgánica de Educación Intercultural (LOEI), misma que contempla algunas reformas importantes que marcan el derecho a la educación como el garante de la igualdad y la inclusión.

Las infancias y juventudes en Ecuador están a cargo de la familia y la escuela. La educación ecuatoriana ha sufrido grandes transformaciones en el área educativa, en sus inicios a través de la escuela lancasteriana, seguidamente de la educación católica (memoristas, moral, disciplinaria); el liberalismo puso su sello en la educación del país (obligatoria, gratuita y laica); el capitalismo patriarcal y  la economía se convirtió en alienante y deshumanizadora con ciertos sectores sociales, la educación privatizadora, la globalización está fuera de control de los gobiernos; y más aún la revolución electrónica y las tecnologías de la información y comunicación; por lo tanto las dimensiones de la labor docente han  incidido en la subjetividad y afectividades del maestro; en el contexto histórico – institucional en el que se desarrolla; y, en el proceso del trabajo docente.

Las y los maestros  nos producimos como docentes cada día, debido al contacto y el contexto en el que trabaja; la relación de niños, niñas, adolescentes, jóvenes y padres de familia de diferente origen social, nacionalidad, etnia, edad, género, posición política, adscripción religiosa; etc.; a esto se suman también la aplicación de los modelos educativos como: educación inclusiva, educación intercultural,  unidades educativas, unidades del milenio, bachillerato internacional, entre otros; y finalmente la vida propia del maestro.

“La formación docente, entonces, se va produciendo mediante sucesivas construcciones que combinan elementos aportados por diferentes campos de experiencia particular e histórica”. (Morgade, 2010:20)

Mejorar la calidad de la educación es un imperativo no solo de las y los docentes sino de todas las y los ciudadanos que vivimos en este hermoso país;   ser partícipes activos en los proceso de cambio y transformación, vuestro ejemplo es lo que necesitan  nuestros infantes y juventudes.

Las  Unidades Educativa de la  Amazonia;  en referencia, más del 60% del estudiantado pertenecen a la cultura Kichwa; sus padres en su mayoría se encuentran en la selva o campo; los estudiantes, sus hijos o representados, viven solo en los sectores rurales y muchos de ellos no cuentan con los útiles escolares necesarios; las condiciones de nutrición  inciden negativamente en el proceso de enseñanza – aprendizaje.  Los  roles asignado al hombre y la mujer; son tan evidentes; el varón es quien asume las tareas de jefe de hogar y actividades de fuerza; y,  la dama es la encargada de cuidar a los hijos, la casa y la tierra (chacra). 

Cierto es que se ha eliminado el sesgo sexista en el Ecuador; muchas leyes han favorecido la incorporación de la mujer al trabajo, a la educación, aumentó la participación en la política; existen leyes de protección contra el abuso y violencia intrafamiliar; pero continua la mujer en casa y desarrollando actividades “suaves y delicadas” que les brinden tiempo para cuidar a sus hijas e hijos. Las profesiones preferidas que eligen nuestras chicas son: enfermería, trabajo social, especialidades técnica y la docencia como indica el empadronamiento del Censo Magisterial Fiscal y de los Servicios Públicos del Ministerio de Educación y Cultura  en el año 2010; en un 65% es la participación de las docentes en este campo.

Lo que sigue manteniéndose hoy en día es la presunción de que las capacidades de las mujeres para desempeñar actividades relacionadas con el cuidado a los otros son innatas, ofreciendo la idea de que es mucho mayor del que sienten los padres por sus descendientes, todo ello avalado por los estereotipos femeninos de una mayor paciencia, comprensión, dulzura y amor al prójimo que los varones. (Sanchez Bello, 2012:90)

Las aulas están llenas de infantes y jóvenes de varios sectores populares, sociales, religiosos y culturales;  el aumento de las falsas  identidades desterritorializadas y desarraigadas que produce la globalización están dañando el autoestima y fomentando la aculturación; la robotización y la informatización incide en el  actuar y pensar de los chicos y chicas no solo amazónicas sino del mundo.

El Internet, las herramientas web 2.0, programas, aplicaciones y otros servicios que ofrece la red de manera gratuita y fácil de acceder; que bien usada ayudaría al hombres y mujeres a resolver problemas; pero están siendo mal usada; éstas desplaza las fronteras entre lo real y la ficción; entre la verdad y la mentira,  entre el saber y el aprender;  Barbero lo llama “ecosistema comunicativo”; estos medios ofrecen información que para los adultos debía permanecer ocultos; desordenan los lineamientos de los padres de familia, la fe  y la cultura;   desordenan las secuencias y jerarquías del aprendizaje sin observar la edad, el nivel, etc.; el mundo y los niños - el mundo y  jóvenes – el mundo de los chicos y adultos, está hoy atravesado por el estallido de las fronteras entre lo local y lo global. Este estallido desfocaliza los saberes, modifica el estatuto institucional de los lugares de saber y de las figuras de razón; por eso es tan importante que los adultos aprendan usar correctamente para que guíen a los pequeños y adolescentes en desarrollar el conocimiento y el crecimiento personal,

El conocimiento es clave en el mundo contemporáneo y la tragedia que puede ocurrir, tanto a escala individual como social, es que el saber se concentre en unos pocos y dé lugar a un escenario de despotismo ilustrado, donde los que tomen decisiones sean solo los que saben. Juan CarlosTedesco (2007:23)


Al concluir mi intervención, recalco la importancia de las niñas, niños y jóvenes de mi país;  es necesario que la participación de mujeres se incremente y que los chicos colaboren para que se fortalezca la voz y fuerza de las muchachas en la lucha de los nuevos retos y desafíos que enfrenta cada país de América Latina; sin olvidar nuestros orígenes, el cuidado del medio ambiente y la cultura. Cada vez es necesaria la intervención del Ministerio de Educación, la familia; los docentes y de todos los demás adultos para guiar, confiar, afirmar y mejorar las prácticas educativas y socioculturales en beneficio de nuestros infantes y jóvenes en el buen vivir que tanto anhelamos.

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